Primero con el juego original y poco tiempo después con su notable expansión Wrath of the Lamb, desde hace cerca de tres años nos declaramos fans incondicionales del gran The Binding of Isaac, al que no hemos dejado de jugar desde entonces. Y no es para menos. Lo intenso y desafiante de su acción, sumado a un apartado artístico que derrocha personalidad por todos sus poros, hacen de esta obra desarrollada por uno de los padres del genial Super Meat Boy, el creativo independiente Edmund McMillen, un título de referencia dentro del ámbito de los juegos de mazmorras. ¡Hay pocos videojuegos tan divertidos y adictivos como este!
Sería lógico pensar, por tanto, que tras horas y horas de juego a nuestras espaldas Rebirth nos resultara menos sorprendente o llamativo de lo esperado; que no nos atrapara con la misma intensidad con la que lo hizo el original. ¡Pero no! Porque esta suerte de remake amplía considerablemente los contenidos jugables del primer The Binding of Isaac y su expansión, mejorando también su apartado gráfico con un estilo visual más detallado. Así que sí. Sobre la base estamos jugando al mismo título de 2011, pero los cambios son tan acertados, y las novedades tan interesantes, que incluso si sois de los que en su día le disteis mucha caña, seguiréis disfrutando de esta edición especial que acaba de estrenarse en PC, PlayStation 4 y PS Vita.
El dulce caos de la aleatoriedad
El componente de aleatoriedad es, en este punto, uno de los grandes aciertos del juego, que nos incitará a repetir una y otra vez su desafiante acción a sabiendas de que nunca nada será totalmente igual que en la partida anterior. Enemigos, jefazos, tesoros, el diseño de las mazmorras, las armas con las que nos encontraremos… todo cambia. ¡Y es genial! Más si cabe teniendo en cuenta que esta edición Rebirth incorpora toneladas de nuevo contenido. En concreto, hablamos de más de 450 nuevos objetos, hasta 50 nuevos enemigos y más de 15 súper jefazos adicionales a los que batir; ahí es nada.
Las nuevas armas a las que tendremos acceso son también realmente atractivas, puesto que no solo mantienen la originalidad y retorcida vistosidad que caracterizó a las del original, sino que además aportan a la acción un magnífico componente estratégico que hará las delicias de los jugadores más dedicados. ¿La razón? Probar a combinar ciertos objetos especiales, como el hábito de monja con el libro de las revelaciones, para descubrir los devastadores efectos que tendrán sobre los enemigos y ya nos contáis.
Rebirth incorpora además nuevos tipos de salas especiales y un atractivo cooperativo
Rebirth incorpora además nuevos tipos de salas especiales, que preferimos descubráis por vosotros mismos, y un atractivo cooperativo para dos jugadores que alargará de forma sorprendente la vida útil del juego. Por si no fuera suficiente, también hay tres nuevos personajes por desbloquear –lo haremos al cumplir ciertos requisitos-, y una amplia variedad de Desafíos que nos llevarán a enfrentarnos a nuestra madre con varios condicionantes de lo más atractivos, ya sea en forma de armas especiales, que el escenario esté completamente a oscuras, que no podamos usar ciertos objetos, etc.
A nivel visual el juego también ha mejorado lo suyo con un acabado gráfico más detallado que abandona ese estilo tan de juego Flash que presentaba el original. La estética retro sigue ahí, por supuesto, pero ahora los escenarios son más vistosos, hay mejores efectos de luces, de partículas; los poderes especiales lucen mejor que nunca y hasta el modelado de los enemigos resulta de lo más atractivo. Tanto por cómo se ven como especialmente por su diseño artístico, que es grotescamente fabuloso. Los jefazos son repugnantemente atractivos y sus secuaces… más de lo mismo. ¡Cuánta personalidad destila este juego! Y eso no es todo, porque también se ha incluido un filtro para suavizar la imagen y que está presente un acabado más acorde a los nuevos tiempos; aunque igualmente podemos mantener la estética retro sin problema alguno.
En lo tocante al apartado sonoro, este mantiene el nivel del original, aunque sí hemos notado que las melodías son algo menos atractivas que en este. Las hay de todos los tipos, es verdad, pero en algunos momentos las piezas musicales pasan en exceso demasiado desapercibidas. Por otro lado, como el primer The Binding of Isaac, el juego llega con los textos en inglés. No es nada grave, teniendo en cuenta que casi no hay nada que leer, pero sí es verdad que la descripción de ciertas habilidades especiales puede pasar desapercibida para los usuarios menos duchos en el idioma.
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