Uno de los juegos para móviles más esperados de este año. Clash Royale llega a los dispositivos iOS y Android para demostrar que el éxito de Clash of Clans no fue una casualidad para los creadores de Supercell. ¿Lo consigue?
Supercell se marcó un exitazo con Clash of Clans, título que prácticamente todo el mundo conoce y ha jugado alguna vez. Bien, pues esta misma compañía nos trae su nueva producción, Clash Royale, un videojuego que se desmarca un tanto de su anterior mega hit para adentrarse en el terreno de los tower defense y las cartas. O sea, dos de los ingredientes más importantes en la actualidad en estos juegos diseñados para sistemas móviles.
Y sin duda los desarrolladores han creado una obra realmente cuidada y bien diseñada, la cual es de esas que gozan de una profundidad de juego más acusada de la que puede parecer en un principio pero que, por otro lado, es posible aprender su funcionamiento básico en 15 minutos.
El sistema de juego que ha sido establecido para dar vida a esta producción es como sigue. Cada escenario se divide en dos porciones de terreno más o menos simétricas. En cada uno de los extremos se encuentran tres torres, una principal (la central) y dos secundarias (laterales), las cuales vienen a ser el objeto de las luchas entre los dos bandos.
Defiende y domina las cartas
¿Y cómo atacamos y defendemos? Pues usando nuestro mazo de cartas, las cuales se muestran en la parte inferior de la pantalla y de nosotros depende decidir qué cartas usamos y en qué momento. Como ya sospecharéis, cada una de las cartas representa una unidad o un tipo de ataque determinado. Existen muchos de ellos, desde invocar a gigantes a dragones, arqueros, caballeros, ejércitos de esqueletos o una lluvia de flechas. Todo muy medieval y lleno de fantasía.
Cada vez que escogemos una carta y la enviamos a la arena correspondiente, dicha unidad ataca y se desplaza automáticamente, por lo que sólo debemos preocuparnos de dicha elección previa. Evidentemente cada una de las cartas posee sus propias limitaciones y características, tanto de poder como de consumo de elixir . Éste último recurso es lo que nos limita el número de naipes que podemos ir lanzando, el cual va regenerándose lentamente pero de forma constante durante el desarrollo de las partidas. Gestionar las cartas y trazar una táctica adecuada es nuestra meta en cada partida, las cuales por cierto es posible disputar contra usuarios de todo el mundo en tiempo real y que suelen tener una duración de unos pocos minutos.
Precisamente aquí es donde encontramos uno de los aciertos más llamativos de esta producción, lo dinámicas y absorbentes que pueden llegar a ser las peleas, ya que es posible participar en decenas de ellas seguidas sin que apenas nos demos cuenta. Además el elemento táctico va más allá de simplemente tener que decidir qué cartas lanzar durante las batallas, dado que antes de las mismas es muy necesario personalizar nuestro mazo así como ir mejorando y potenciando nuestras cartas, pudiendo ir incrementando su diversidad a medida que abrimos cofres.
Las batallas resultan muy dinámicas y adictivas
Cada vez que obtenemos una victoria somos recompensados con un cofredeterminado. Y en función del tipo de tesoro que sea (plata, oro, etc.), la cantidad y el valor de los objetos de su interior es más o menos elevado. Y es justamente en estos momentos cuando salen a la luz los inconvenientes propios de este tipo de producciones Free to Play. Sí, porque si queremos obtener al instante los preciados ítems es necesario gastar un número de gemas determinado, las cuales como ya imagináis podemos ir obteniendo a medida que jugamos pero, cuando se acaban, nos toca pasar por caja. Y si no queremos invertir nuestras preciadas piedras preciosas, ya podemos prepararnos para tener que esperar durante horas, algo que nos parece bastante desesperante.
Algo parecido sucede con la posibilidad de mejorar nuestras cartas. En este caso son monedas lo que nos permite ir aumentando el poder de nuestros naipes, dinero que nuevamente es posible adquirir a medida que jugamos… o a través de las odiosas microtransacciones. Debemos dejar claro que no es necesario gastar ni un céntimo si no queremos, pero llega un momento en el que los tiempos de espera nos han parecido hasta ridículos, especialmente cuando se acumulan varios cofres y nos quedamos sin hueco para almacenar más.
Éste es a nuestro juicio el único inconveniente importante que presenta esta producción, ya que casi todo lo demás resulta verdaderamente gozoso. El sistema de juego es ágil y absorbente, las cartas son muy variadas y fáciles de emplear en combate, el control es fantástico, el modo espectador añade interés… Es uno de esos juegos que han sido verdaderamente diseñados con esmero y mimo para sistemas móviles, ya que es posible jugar tanto durante cinco minutos como durante sesiones más extensas. Una cualidad de la que no pueden presumir todos los títulos de este estilo.
Por último y sin ser el juego más atractivo gráficamente de cuantos han aparecido en este tipo de dispositivos, se trata de una obra más que sugerente. El colorido con que han sido representados los escenarios es digno de admiración, aunque lo más destacado es la personalidad y el estilo visual tan acertado que muestran tanto las cartas en sí como los respectivos seres que cada una de ellas invocan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario