martes, 13 de diciembre de 2016

Silent Hill 2: Reseña

 Es un videojuego único, y de hecho es difícil medirlo en términos de "gráficos", "jugabilidad", etc (como veis, sólo le he puesto cinco estrellas en el apartado de sonido), porque sus méritos residen, básicamente, en dos aspectos: su ambientación y su historia.

-La ambientación diría que es de un nivel similar a la del Silent Hill 1, ambos me resultaron bastante angustiosos. Esto se logra gracias a los diseños de los lugares (con lo cual podemos considerar que en ese sentido los gráficos son buenos, aunque no tengan toda la calidad que podrían en términos técnicos), pero sobre todo al sonido. La atmósfera es demasiado tensa, algunos escenarios son verdaderamente inquietantes (especialmente, en mi opinión, la prisión). Otros incluso son perturbadores por el simbolismo que les acompaña. Y esto, junto a una "música" aterradora, crea un ambiente de survival horror difícil de igualar. Pero la mejor manera de percibirlo es jugarlo.

-Si la ambientación es lo que hace del juego una experiencia sobresaliente mientras lo jugamos, la historia es lo que hace que una vez terminado resulte un juego inolvidable. No pretendo hacer spoilers, baste decir que es una historia construida a partir de las personalidades de los personajes de una manera muy sutil. Es el tipo de historia que, siendo atrayente, envolvente, atractiva, no muestra su explicación de manera obvia pero que tiene todo un trasfondo detrás coherente (si alguien se pasa el juego y no entiende todo lo que la historia tiene detrás, simplemente puede buscar la explicación del juego en internet, está en muchos sitios). Y sin embargo no es una historia fantasiosa e irreal. En el fondo, la experiencia de los personajes en Silent Hill no es más que una alegoría de realidades que nos tocan no tan de lejos, pues todos tenemos, en mayor o menor medida, algún pasado, alguna realidad que no nos gusta y no queremos aceptar, algún aspecto de nuestra vida que querríamos cambiar, que no hemos sabido afrontar de la manera buena, algún demonio al que enfrentarnos, en definitiva. Es bien posible vivir ignorando esos demonios (que posiblemente en la mayoría de nosotros no sean tan, tan atroces como en el caso de los personajes del juego, pero son demonios al fin y al cabo) sin darse cuenta de la realidad terrible que es vivir huyendo subconscientemente de ellos. Silent Hill "viste" esas realidades con un aspecto concreto y nos las muestra tan terribles como son. ¿Hay alguna esperanza de enfrentarse a esos demonios, de acabar con ellos y continuar nuestra vida, o simplemente tendremos que huir de ellos para siempre?

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