Desde que vimos por primera vez Borderlands en la Games Convention de Leipzig en agosto de 2007, el título de 2K Games y Gearbox ha cambiado muchísimo, y es que poco tiene que ver un proyecto con otro. Seguramente desanimados por el similar aspecto de otros videojuegos como Rage o Fallout 3 con los que no iban a poder competir con una marca totalmente nueva, los creadores de videojuegos como Brothers in Arms o Half Life: Opposing Force se animaron a tomar una decisión tremendamente osada.
El cambio de imagen y, por qué no decirlo, también de concepto fue brutal de la noche a la mañana, y todos aquellos que siguieron su desarrollo desde el principio no pudieron sino sorprenderse por el estilo gráfico Cel-shading que sustituía al corte realista que el título exhibía en sus comienzos.
Sin embargo la alteración del concepto ha calado positivamente, y Borderlands ha sustituido algo de su solemnidad inicial por un estilo mucho más desenfadado, con menos de Sandbox y RPG de lo inicialmente prometido, y con mucho más de shooter. Así, de este modo, lo que tenemos es una fórmula bastante genuina, que no acaba de pertenecer a uno u otro género, pero que proporciona al jugador un entretenimiento de muchas horas, un cooperativo francamente bueno y unas mecánicas de disparo fenomenales.
Ahora, días después de su lanzamiento en consolas, nos enfrentamos a la versión de PC, que conserva intactas todas las virtudes de lo que ya pudimos ver en Xbox 360 y PlayStation 3. Simple, pero divertido. ¿Para qué complicarse?
Planeta Misterioso –Argumento-
Lamentablemente uno de los escasos puntos oscuros de Borderlands es su pobre tratamiento del guión. Con unos pilares y un concepto tan potentes como los del videojuego de Gearbox estaba claro que sobraba material de base para lograr una historia con gancho, lo que unido a la buena narrativa del estudio con otros juegos como el del último y brillante Brothers in Arms nos invitaba a ser muy optimistas en este sentido.
Sin embargo el guión que debería hilar las diferentes misiones y localizaciones de Borderlands no acaba de funcionar particularmente bien, y esto se debe a su pobre tratamiento y exposición. El argumento de Borderlands no tiene demasiada importancia al comienzo de la aventura, y tampoco cobra mucho más peso conforme ésta transcurre, convirtiéndose en un mero pretexto no demasiado interesante para avanzar en la aventura y, por si fuera poco, cuenta con un desenlace decepcionante.
Visitaremos el planeta Pandora, un lugar perdido de la mano de Dios y desértico. Un mundo azotado por el caos que reina en sus laderas, y que parece el clásico mundo postapocalíptico que tiene a la saga cinematográfica Mad Max como principal referencia.
El narrador nos contará la historia de un tesoro en forma de tecnología alienígena, oculto en un lugar perdido en algún lugar recóndito del planeta bajo las paredes de algo llamado misteriosamente La Cámara. Los habitantes de este universo desesperado no conceden demasiada credibilidad a la existencia de este lugar, pero desde el comienzo de nuestro periplo será algo así como el Santo Grial tras el que andaremos, directa o indirectamente.
Nuestra relación con todo este mundo se basará en los escasos personajes civiles que conoceremos, y que parecen estar totalmente al margen del violento mundo que los rodea. Son NPCs a los que nos irán emplazando a conocer unos y otros caracteres para los que vayamos cumpliendo misiones. Nuestras opciones de diálogo no existen, y es que en nuestra relación nos limitaremos a aceptar o rechazar sus misiones. Todo ello aderezado con unas misteriosas apariciones de una mujer que se nos presentará de vez en cuando para dar algo más de suspense y ofrecer más preguntas que respuestas.
De este modo, y en este aspecto como en tantos otros que describiremos más adelante, Borderlands es shooterpuro y duro. Pese a ello los chicos de Gearbox han deseado introducir un concepto de progresión del personaje al que cada vez más recurren los juegos de acción, y a continuación lo detallaremos.
Voluntad de Superación
En el videojuego que nos ocupa podremos escoger entre cuatro personajes con los que superar la aventura, aunque no serán tanto la representación de personalidades diferentes, como una simple mascarada de lo que es un sistema de clases camuflado. Un sistema que quizá peque de ser algo simple pero que, en definitiva, es muy efectivo.
Así pues tenemos la opción de escoger entre Mordecai, Lilith, Roland y Brick; los cuatro personajes que conforman el abanico de alternativas del título. Sin embargo, y como decimos, cada uno de ellos representa una jugabilidad totalmente diferente. De este modo Mordecai representa a la clase Cazador, Lilith a la Sirena, Roland al Soldado y Brick al Berserker.
Así pues el cazador es un experto en larga distancia, y así lo atestigua su predilección por las armas del corte de rifles de francotirador. Su habilidad especial es el Bloodwing, una destreza que liberaremos a partir de alcanzar el nivel 5 de experiencia, al igual que cada una de las personales de cada uno de los protagonistas, todas ellas diferentes entre sí.
Lilith, la Sirena, es la experta en engaños y artimañas, y hacia eso se orientan todas sus habilidades. Cuenta con armas incendiarias, eléctricas y corrosivas, y su habilidad principal es el movimiento en fase, un procedimiento por el cual puede moverse a toda velocidad sin que sus enemigos se percaten.
El Soldado, por su parte, está especializado en el combate, y cuenta con formación militar. Es experto en el uso del rifle y de la escopeta, y su habilidad especial es la de situar Torretas Escorpión en los puntos que desee del escenario para ayudarle con un apoyo de fuego.
En última instancia está Brick, el Berserker, un auténtico experto en el combate cuerpo a cuerpo. Con este personaje tendremos la menor exposición a los daños, y pegaremos más duro que nadie en el cuerpo a cuerpo. Cuenta con armas explosivas y puños, y su habilidad especial es el Berserker que da nombre a su clase, y que nos permite usar los dos puños –con los gatillos del pad- para golpear a los enemigos con inusitada fuerza en un momento de rabia temporal.
Hasta aquí el sistema de clases, que deberemos elegir con cuidado al comienzo de la partida porque será inalterable y marcará en buena medida qué clase de videojuego vamos a tener entre manos. El otro elemento rolero del título es la presencia de los puntos de experiencia, que sirven como motor para impulsar la progresión de nuestro personaje.
Por cada muerte que provoquemos o misión que cumplamos en Borderlands recibiremos cantidades diferentes de experiencia que se sumarán a un contador y que, al superar los límites de cada nivel, nos informarán con un rótulo en pantalla de nuestro progreso. Hasta alcanzar el nivel 5 no experimentaremos grandes cambios, pero a partir de éste se desbloqueará la Habilidad de Acción especial de cada personaje y también podremos empezar a repartir un punto por cada nivel entre las diferentes características de nuestro héroe.
Por ejemplo con Brick, el último al que nos hemos acercado, dividimos todo su árbol de progresión y mejoras en tres ramas: Peleón, Tanque y Reventador. En cada una de ellas contamos con siete habilidades concretas a desbloquear y potenciar hasta en cinco ocasiones, y en la primera por ejemplo tenemos entre otras la habilidad de ampliar la duración del modo Berserker, en la segunda por ejemplo la del aumento de la Salud Máxima, y en la tercera la del incremento de munición junto a otras seis. Como se puede ver los nombres de cada una de las ramas serán muy descriptivos para todos los personajes, y las diferentes características que se desbloquean entran dentro de los patrones habituales del género y sin ofrecer grandes sorpresas.
La generación aleatoria de armas también es un elemento típico del rol y es una de las mayores fortalezas del título. No sólo podremos personalizar con ingente detalle los elementos de nuestro arsenal así como los vehículos, sino que como decimos el videojuego genera de forma automática armas aleatorias en función de millones de parámetros y alternativas. Por complicado que suene el videojuego consigue una labor extraordinaria a la hora de simplificar todos estos procesos de edición de habilidades o armas para no perder ritmo o saturar al usuario.
Acción y Reacción
La campaña de Borderlands puede ser afrontada de diferentes formas, tanto a través de Internet en modo cooperativo con hasta tres amigos que nos acompañen para hacer el total de cuatro, como en la modalidad de pantalla dividida.
El videojuego es de una duración muy larga para un shooter y algo justa para el RPG que no es, y es que terminar el título puede llevarnos algo más de 20 horas con un número de misiones secundarias cumplidas aceptable; y seguramente con ganas de volver a empezar para maximizar a nuestro héroe hasta el nivel 50, imposible de alcanzar en una sola partida, o de enfrentarnos al nivel de dificultad extra que se desbloquea con uno de nuevo cuño.
La experiencia es muy agradable para un amante de la acción, y es que el título toca muchos palos al mismo tiempo, pero consigue alcanzar una fórmula que funciona más que bien pese a ser indudablemente sencilla y, para los hardcores de estos géneros inusualmente simple.
El núcleo de la jugabilidad de Borderlands es su corte shooter, y ahí es donde más brilla lo nuevo de Gearbox. El control es fantástico, las armas resultan tan poderosas como su fiero aspecto parece sugerir, y todo responde de forma extraordinaria, resultando muy adictivo y ofreciendo la suficiente diversidad en el planteamiento en función del personaje escogido o de las armas que empleemos. Combate a distancia, lucha cuerpo a cuerpo, tácticas sutiles…
En cambio el aspecto del sigilo podría haberse cuidado mucho más. La habilidad de Lilith en este campo tampoco acaba de brillar desmesuradamente, y no contrasta en demasía con la manifiesta torpeza de sus otros tres compañeros, y es que tanto equilibrio entre unos y otros en este sentido no ha sentado demasiado bien a la Sirena.
Donde sí echamos en falta variedad es en el tema de los enemigos, muy limitado. Apenas hay seis clases de rivales totalmente diferentes contando algunas especies de animales a las que nos enfrentaremos, y esto en un título de estas características puede antojarse algo exiguo.
En las misiones sí volvemos a tener algo más de alternativas. Muchas de ellas parecen recordar a las de los MMORPG, con algunas de puro relleno que versan sobre acabar con un determinado número de oponentes; aunque otras son mucho más interesantes, con la obligación de plantear ataques sorpresa, acabar con algún jefe de las tribus de la zona o recuperar objetos para alguien que nos los pida a cambio de una recompensa.
Y es que en Borderlands todo funciona en base a recompensas monetarias y de experiencia. Las segundas ya hemos explicado cómo se gestionan, pero las primeras las podremos canjear por objetos en las máquinas expendedoras que encontraremos. Todo funciona de alguna forma parecida a lo que pudimos ver en su momento en el memorable Bioshock, con aparatos de este tipo salpicando los mapas en puntos estratégicos y ofreciendo pertrechos de combate en Marcus Ammunitions o medicinales en los dispensarios.
Por otra parte el mundo del título de Gearbox es libre, y nada nos impide darnos un paseo con nuestro vehículo –que obtendremos a las pocas horas de juego- y cumplir misiones secundarias que obtendremos en el Panel de Recompensas, o sencillamente explorar buscando objetos o sacar experiencia del asesinato indiscriminado de enemigos. Éstos tienen en su denso Respawning una forma inevitable de poblar unos escenarios que, de otro modo, estarían excesivamente despoblados.
En ocasiones Borderlands, sin embargo, peca de ofrecer más reto por el número de enemigos que pone en pantalla que por la habilidad de éstos. Su comportamiento a menudo es de una estupidez insondable y, como decimos, el verdadero desafío está en su brutal capacidad de causar daño y en la cantidad de ellos que hay en determinadas zonas, puesto que ni se cubren apropiadamente, ni tienen una puntería medianamente aceptable.
Territorio Indómito –Gráficos y Tecnología-
En lo visual hay que comenzar por el obvio cambio que ha experimentado Borderlands desde que sus creadores decidieron que el enfoque Cel-shading era más apropiado que el estilo realista que inicialmente estaba planteado. ¿Temor por excesivas similitudes con los también desérticos y postapocalípticos Rage o Fallout 3? Puede ser, pero cuando el resultado ofrece unos réditos tan interesantes como los del título que nos ocupa, lo cierto es que no podemos sino alegrarnos de este cambio de decisión.
La personalidad de lo nuevo de Gearbox viene dada en buena medida por este cambio de look, y es que lo que lo separa en lo artístico de lo que podría ser un planteamiento muy genérico es precisamente este toque de animación o cómic que tan estupendamente le sienta.
El diseño de los personajes es bueno, el de los enemigos también, y tanto las construcciones como los parajes naturales presentan un aspecto fantástico a pesar de que las texturas no son demasiado detalladas. Geniales acabados para humo, explosiones y lásers, descargas o fuego completan un brillante apartado de efectos visuales. El videojuego, además, cuenta con ciclos de día/noche que ayudan a dotar de una diversidad a los entornos de la que quizá no gozan los decorados, marcados en exceso por una monótona alternancia de desiertos y aldeas.
En líneas generales el juego cumple en lo artístico gracias a su descomunal personalidad y simpatía, y también lo hace en lo tecnológico con entornos de gran tamaño –separados, eso sí, por tiempos de carga- y con un rendimiento en términos de tasa de imágenes por segundo muy bueno independientemente del equipo que poseamos siempre que nos movamos entre los Requisitos de Sistema que puedes consultar desde este enlace. En consolas apreciamos algunos esporádicos congelamientos cuando aparecía en pantalla la mujer que se dirige ocasionalmente a nosotros, problemas que en PC no hemos detectado, seguramente por la mejor gestión de la memoria RAM. Por si fuera poco también se ha eliminado por completo en compatibles el problema del cargado tardío de texturas.
Por lo demás el título ofrece un número de opciones visuales con las que personalizar la experiencia bastante generoso. Calidad de texturas, Calidad General del juego, Bloom, Oclusión Ambiental, Sombras Dinámicas, etcétera. Este último elemento, las sombras dinámicas, es el que lógicamente más consume en términos de rendimiento. Con éstas desactivadas y el resto de opciones gráficas maximizadas y una resolución de 1680x1050 en el equipo de pruebas de redacción –AMD 4200+ X2, 8800 GT y 2GB de RAM- hemos experimentado un rendimiento fantástico y sin caída alguna en la tasa de imágenes por segundo. Con nuestra prueba habitual en un equipo más modesto el resultado ha sido igualmente brillante aunque con los lógicos sacrificios de sombras, texturas y alisado de dientes de sierra.
En otro orden de cosas hemos encontrado algunos bugs de diversa consideración y también algunos glitches que se nos antojan reparables como, por ejemplo, con un checkpoint al lado de unas cajas con dólares o armamento al cargar la partida éstas se rellenan una vez detrás de otra aunque las hayamos vaciado, con lo cual tenemos fuentes inagotables de recursos si somos algo “tramposos”. Confiamos en que este tipo de errores se solucionen rápido por parte de Gearbox.
Por lo que respecta al audio nos encontramos ante el apartado audiovisual más completo del título. Excelente banda sonora, doblaje a nuestro idioma francamente bueno y con habituales voces de la industria del cine, y unos efectos especiales que cumplen su cometido con atronadora solvencia.
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