martes, 13 de diciembre de 2016

Condemned Criminal Origins

Terrorífico, extenuante, instintivo, angustioso, atroz, desasosegante y violento hasta el paroxismo, los adjetivos se agotan ante un juego de la riqueza sensorial de Condemned. Los creadores de F.E.A.R. regresan con un juego que no te dejará indiferente. Un FPS a caballo entre lo policíaco y el terror, orientado al combate cuerpo a cuerpo, que viene avalado por la garantía de su éxito tanto de crítica como de ventas en Xbox 360.

De la mano de Monolith llega a los compatibles el port del éxito de Xbox 360 Condemned, un FPS tremendamente novedoso en su concepción. El título de 2004 The Chronicles of Riddick: Escape From Butcher Bay, ya había presentado una innovadora idea acerca del empleo de los puños en un género fundamentado en el empleo de las armas como son los First Person Shooters, pero la compañía norteamericana ha dado un paso más. La experimentación comenzó con el deslumbrante F.E.A.R., que presentaba tímidamente la posibilidad de emplear patadas voladoras, en un conjunto claramente orientado al empleo de armas de fuego. El detalle quedó como algo a lo que sólo se recurría cuando se acababa la munición (rara vez) de modo que fue casi anecdótico y francamente prescindible. Pero en esta ocasión el empleo de armas de fuego ha quedado reducido a un 20% de los combates por la escasez de munición, y se fomenta el no emplearlas con diferentes incentivos como el desbloquear contenidos extra al acabar un nivel sin usar ninguna.


De pesadilla

Ethan Thomas, agente del departamento de policía de una ciudad sin nombre, se ocupa de resolver los casos de asesinos en serie. Intentando desvelar lo menos posible del argumento, podremos decir que en el escenario de la última víctima, y tras perseguir a un sospechoso, el protagonista perderá su arma y el criminal nos la arrebatará para matar a nuestros compañeros, y convertirnos en principal sospechoso del doble homicidio. Perseguidos por la policía y obligados a recorrer los peores barrios de la ciudad para hacernos con pistas nos enfrentaremos a la peor escoria de la urbe. Drogadictos, desequilibrados mentales, tarados y vagabundos nos asaltarán en las peligrosas calles y en los edificios abandonados y destartalados. Mientras el agente Thomas lleva a cabo sus investigaciones y combates también tendrá que lidiar con su propio pasado y con la exploración de los rincones de su propia mente, que tan pronto le ayuda instintivamente a encontrar pistas, como le asalta con espantosas visiones de crímenes en una suerte de comunicación pseudo telepática con el asesino.

Ya desde los títulos de crédito del juego (homenaje-plagio a los de Seven) sus creadores dejarán meridianamente claras sus influencias, en una auténtica declaración de intenciones antes de comenzar. La oscuridad y el empleo de linternas se ha convertido en un recurso habitual de los videojuegos de terror. Silent Hill, DOOM3, F.E.A.R. han basado buena parte de sus sustos y su sensación de terror en el empleo de las luces y la mayoritaria ausencia de ellas. Por fin los creadores se han percatado de que resulta mucho más aterrador lo que no vemos que lo que vemos, y por tanto un pasillo ruinoso y oscuro habitado por constantes murmullos y ruidos de pasos nos tendrá en vilo en mayor medida que una plaga de monstruos o zombis. Por si esto fuera poco el enemigo es humano y no sobrenatural, con lo cual la sensación de miedo realista se multiplica; aunque muchos de los rivales que nos encontraremos a lo largo de la aventura desafiarán los límites de lo que puede considerarse como ser humano.

Todo vale

Condemned es un juego de sensaciones. Como ya hemos dicho las armas de fuego brillan por su casi total ausencia, y dispondrán de muy poca munición. Esta circunstancia contribuye al sentimiento de tensión que nos acompañará en el juego, especialmente en las primeras horas, ya que no es lo mismo disparar con un arma a una cierta distancia que tener que acercarse hasta escasos centímetros de un enemigo para golpearle.

A lo largo de los diez niveles de juego encontraremos diferentes armas como hachas de incendios, estacas de madera, palancas, tuberías, e incluso algunas más improvisadas todavía como cajones, estanterías o carteles. Todo vale con tal de tumbar al enemigo.

No existe una gestión del armamento como tal para racionar las pocas balas de las pistolas, rifles y ametralladoras que encontremos, ya que sólo podemos cargar con un arma cada vez, con lo cual no podremos reservarlas para más adelante. Tendremos que usarlas en el momento, y si se agota la munición en mitad de un combate deberemos golpear con la culata del arma o buscar otras más efectivas en el escenario. Esto contribuye a la descarga de adrenalina, ya que descubrir que nos hemos quedado sin balas en medio de un combate y tener que ponerse a buscar cualquier elemento de la habitación para golpear al enemigo puede resultar bastante estresante, y una de las experiencias más instintivas y viscerales que hemos experimentado en un videojuego.

Por si esto fuera poco en ocasiones los enemigos caerán de rodillas al suelo esperando ser ejecutados, pero habrá que ser rápidos porque si no se recuperarán y volverán a ser una amenaza. Habrá cuatro formas de hacerlo que incluirán cabezazos en la cara o rupturas de cuellos, la forma de llevar a cabo estas acciones no puede haber sido mejor realizada; y, sin desvelar muchos detalles para no reducir el impacto que producen estas imágenes, podemos decir que su tratamiento presenta una cercanía a la acción verdaderamente impactante.

Bienvenidos a la raza humana

El juego nos muestra los peores despojos humanos de una sociedad enferma, afectada por un mal desconocido, que torna en salvaje demencia las mentes de los moradores de los bajos fondos. Un auténtico bestiario el que nos ofrece Condemned, en el que apenas habrá un par de personajes con los que se pueda contar para obtener ayuda, el resto será una asfixiante lucha a contra reloj contra todo y contra todos, en un intento desesperado por aclarar lo ocurrido y limpiar nuestro nombre.

Estas tribus urbanas de lunáticos se comportarán como tales y buscarán constantemente el factor sorpresa en sus ataques, su mayor baza, escondiéndose en las sombras o parapetándose en las esquinas para preparar emboscadas y asestar demoledores golpes a traición.

Las animaciones de los personajes sólo pueden calificarse de asombrosas y transmitirán una sensación de vida y realismo con pocos precedentes en los FPS. El impacto de los golpes sobre ellos será brillante, y en sus ataques salvajes y enfurecidos usarán toda la fuerza de sus cuerpos para abalanzarse sobre nosotros y golpearnos, en unas coreografías de movimientos de una ferocidad y naturalidad impactantes. De entre las mejores animaciones que hemos visto en PC.

Además de ello también reaccionarán de distinta forma según lo que suceda a su alrededor. Nunca atacarán a lo loco si vamos provistos de un arma de fuego, y si uno de sus colegas les asesta un golpe por error (o no) es fácil verles enzarzados en peleas entre ellos. Si no disponen de nada con lo que golpearnos o han perdido su arma correrán a arrancar tuberías de las paredes o estacas de madera de los muebles para poder defenderse, en un comportamiento que sólo puede calificarse de instintivo y de pura superviviencia.


Gráficos de lujo

Condemned saca partido del motor gráfico de F.E.A.R., y lo mejora en ciertos puntos concretos. La presentación del juego es de auténtico lujo. El diseño de los personajes es excelente y tremendamente realista, con unas texturas muy detalladas y unos movimientos escalofriantemente naturales. Lo mismo podemos decir de los escenarios, que si bien acusan los mismos errores que el anterior juego de Monolith en cuanto a su arquitectura similar y una cierta monotonía, están muy bien realizados y consiguen trasladar a la perfección la sensación de pertenencia a un mundo lúgubre y sórdido. Hay algunos aspectos importantes como el que veamos nuestros pies, o nuestra propia sombra, detalles pequeños a los que muchas compañías no prestan atención pero que se agradecen de sobre manera.

Estamos hablando sin lugar a dudas de la mejor experiencia en melee que hemos vivido en un FPS, gracias a la calidad de la tecnología de todo lo que se ofrece y a lo cercano y brutal de los combates. Observaremos pequeños detalles fantásticos que enriquecen tremendamente la experiencia de combate, como el hecho de que las armas se vayan manchando progresivamente de sangre, que los enemigos reaccionen de forma distinta a los impactos según donde se produzcan éstos, o al salvajismo de los movimientos de cámara que acompañan al movimiento del cuerpo al llevar a cabo los golpes con todas nuestras fuerzas. Esta meticulosa atención al detalle, incluso en los momentos de combate más frenético, es lo que hace a este juego más grande.

Condemned no es, lógicamente, un juego para todos los públicos. La visceralidad de los combates ya de por si no es recomendable para menores, y si a esto unimos detalles como que es posible que hasta veamos como saltan los dientes de un enemigo si le golpeamos con un objeto contundente en la boca, o la sensación claustrofóbica que nos acompañará durante el juego, que sólo nos permitirá estar tranquilos cuando hablamos por el móvil, obtendremos una experiencia claramente para adultos.

Uno de los únicos puntos que se le podían achacar al apartado gráfico de F.E.A.R. era su dudosa optimización. Monolith se ha puesto las pilas y ha solucionado en gran medida ese problema en Condemned. Se ha mejorado el empleo de memoria, y el juego ya no dará tirones en las cargas de áreas al doblar esquinas, y apenas habrá caídas de framerate, y las que se produzcan no serán notorias, sino apenas perceptibles. La calidad gráfica podrá ser establecida pormenorizadamente gracias a las innumerables opciones (idénticas características alterables que en F.E.A.R.) de modo que podremos adaptar lo que veremos a nuestros equipos.

El trabajo sonoro es sobresaliente, y si bien se ha optado por la decisión de no doblar el juego al castellano, al menos llega traducido en sus textos. Cierto es que algunos preferirán siempre sus juegos doblados al español, pero en casos como este debido a que las voces forman parte de la ambientación merece la pena prestar atención al excelente trabajo que se ha realizado con ellas, y que seguramente no hubieran dado la talla en un trabajo de localización a nuestro idioma por mucho empeño que se hubiera puesto en ello.

La música apenas existe salvo en los menús y algún momento concreto, cediendo el protagonismo a los efectos, incluidos los golpes, pisadas, susurros y ruidos de todo tipo que nos atenazarán durante la aventura.

Condemned es un gran juego para adultos, que por su violencia y ambientación no dejará indiferente a nadie. Unos gráficos de altura y un diseño de combates muy novedoso son sus bazas fundamentales. Pero también tiene algunos pequeños lunares como su extremadamente corta duración, sus nulos incentivos para la rejugabilidad, y un argumento muy poco concreto y tremendamente difuso, que abre algunas subtramas que no llega a explicar en su desenlace.

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